LA VIDEO-VIGILANCIA: ¿ESTAMOS PREPARADOS PARA SU INSTALACIóN EN LUGARES PúBLICOS?

	En los últimos años el Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) ha contribuido a reducir el número de allanamientos e intrusiones en edificios públicos y privados. Saber que determinados lugares disponen de cámaras capaces de vigilar desde lejos, asomarse detrás de las esquinas o ver en la oscuridad, y que además las imágenes son grabadas, disuade ante cualquier intención de delinquir.

Existe una enorme gama de equipos de CCTV, entre los que se encuentran cámaras, lentes, domos, sistemas de control, monitores y equipos de grabación. En un principio, y aún en algunos casos actualmente, estos dispositivos se basaron en la tecnología analógica, de tal forma que los sistemas de Circuito Cerrado de Televisión han sido tradicionalmente grabados en VCR (Video Cassette Recorder).

La grabación de vídeo digital superó muchas de las aplicaciones de una tecnología analógica difícil de integrar con otros dispositivos y que exigía unos niveles de mantenimiento elevados. Un sistema de grabación digital se combina perfectamente con todo tipo de instalaciones de CCTV y permite la grabación desatendida de todos aquellos eventos programados, el acceso remoto desde cualquier ordenador autorizado y conectado a la red, y la posibilidad de gestión posterior de las imágenes. La popularidad de los circuitos cerrados de televisión se ha incrementado en los últimos años debido a la necesidad de protección por parte de personas individuales, consorcios empresariales y comerciales y por entidades públicas. Dicha necesidad de protección puede derivar de muchos motivos, entre ellos se puede destacar una mayor vulnerabilidad callejera debido al rápido crecimiento de zonas urbanas, incrementando así nuestros niveles de riesgo ante el peligro. Recientemente, ADT reveló los resultados de una encuesta donde se le preguntaba a los ciudadanos sobre su sensación de seguridad paseando por el centro de Madrid, así como por el uso de determinados sistemas electrónicos de seguridad que podrían incrementar esa sensación de seguridad que las grandes capitales deben transmitir a sus ciudadanos

Una de las primeras preguntas que se realizó a los encuestados era el grado de seguridad que sienten en sus viviendas o andando por una zona tan céntrica como es la Plaza de Callao o la Puerta del Sol. Únicamente un 5% admite sentirse muy seguro en sus viviendas y un 9% declaran sentirse muy seguros por esta zona de la Capital. Aunque un poco más de la mitad de los encuestados manifiestan sentirse seguros, cerca del 40% de los encuestados creen sentirse poco o nada seguros en sus casas o en esta concurrida zona de Madrid. En cambio, en centros comerciales o edificios corporativos, que normalmente están equipados por sistema de seguridad electrónica, cerca del 85% de los visitantes se sienten seguros o muy seguros. Asimismo, el estudio revela que la mayor parte de los madrileños encuestados es mucho más sensible a los ataques terroristas ya que más del 75% de la muestra cree que existe alguna probabilidad de que se produzca un ataque terrorista y cerca del 20% opina que existen muchas probabilidades de sufrir un atentado de este tipo.

Con respecto a las preguntas sobre la probabilidad de que existan ajustes de cuentas, robos o algún tipo de acto violento en la calle, la gran mayoría de los encuestados, más de un 95% de los encuestados, piensan que existen probabilidades de suceder.
El 70% de los encuestados creen que se podría prevenir de alguna forma la criminalidad tras la instalación de cámaras de seguridad en lugares públicos. Aunque un 23% de ellos creen que las cámaras de seguridad en lugares públicos podrían violar su privacidad, más del 75% de los encuestados no objetan sobre su instalación, siempre y cuando sirva para disminuir los índices de criminalidad en la ciudad.
Si proyectamos la muestra de la encuesta a toda la población madrileña, casi un 30% de los madrileños estarían a favor de la instalación de cámaras de videovigilancia, siempre y cuando favorezcan la seguridad ciudadana.

Aunque existe una tendencia clara sobre los beneficios que este tipo de sistemas pueden aportar a la seguridad ciudadana, los que tomarán la decisión de la instalación de estos serán los propios ciudadanos junto con las autoridades locales de cada ciudad.

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